Muchos comeños recordarán las presuntuosas frases de un volante que decía: “Lo hicimos bien, ahora lo haremos mejor”. A casi cinco meses de gestión edil, poco o nada es lo que puede exhibir Miguel Saldaña Reátegui, sus regidores, peor aún sus funcionarios, en su gran mayoría, de quinta, además de un Gerente Municipal a quien nadie respeta ni hace caso. Para muestra: las actitudes soberbias y arrogantes de Orbezo Zamudio y Villanueva Cuadros, quienes olímpicamente desconocen la autoridad del GM; aduciendo “ser parte de una elite” que solo despacharía directamente con el alcalde titular.
De Orbezo podemos decir que desde hace 19 años trabaja en el Municipio de Comas, por lo que no podría decir que desconoce los alcances de la Ley Orgánica Municipal. Del otro, solo sabemos que dice ser abogado. O ahogado, debería ser lo último, ya que desconocer la autoridad del máximo funcionario municipal es cuando menos, un despropósito. El resto de funcionarios, la gran mayoría están en la calle. Los que no califican ni con 11, son contaditos. Con el resto, no pasa nada, no deberían trabajar como funcionarios ni en Comas ni en ningún sitio de la administración pública, díganme, ¿La Paulino es ingeniera alimentaria?, ¿Miranda Farfán es profesional en el área de Desarrollo Económico?, ¿Michelle Pereyra, es médico? O cirujano dentista. Y así, estaríamos el resto de la presente nota: no hay profesionales calificados en esta pésima gestión municipal.
Lo que sí hay son adulones y adulonas, que más parecen, (¿o son?) cómplices de las faenas del titular de la gestión. Allí están REPERSA, las reparaciones del parque vehicular municipal en diversas factorías, así les llaman a los talleres de mecánica donde hacen reparaciones sobrevaloradas, en muchos casos innecesarias; las compras a precios increíbles, se han pagado una serie de “trabajos” a empresas poco recomendables y muchas de reciente creación; la DATA, las cuponeras, la impresión de la DATA; se compran cantidades excesivas de pintura de mala calidad a precios elevadísimos, en fin, el espacio es corto por hoy para tantos desarreglos.
Comas sigue sucia y cochina, con un Concurso amañado desde sus inicios, arreglado para un solo postor, con bases verdaderamente ilegales, como pedir camiones baranda, cosa que está prohibida por la Ley de Residuos Sólidos y por una OM de Lima Metropolitana, ¿Cuántas denuncias han presentado los regidores por el sistemático segregado que practican los trabajadores fantasmas de REPERSA? Día tras día los podemos ver en pleno faenón, sin el menor rubor reciclan la basura recogida en las calles de Comas, para luego venderla en lugares conocidos por todos, menos por la Policía Ecológica de la PNP. Y menos aún, por el subgerente de Control Municipal.
Ya que hablamos de este señor, vale la pregunta y la oportunidad, ¿Qué le hace creer que Flor Ramírez Ayales podría ser una buena supervisora municipal…? Se supervisa lo que se conoce o se sabe con más propiedad que los demás, ¿es este, el caso de la mencionada persona?
No, rotundamente no. Es más, ya han reincorporado a esta subgerencia a varias mujeres que en la anterior gestión fueron rotadas a otras áreas. Recuerdo un caso: en el 2011, la Pizarro Quispe sancionó a un local por carecer de Certificado de Defensa Civil, ¿Qué aducía la ignara? “Este certificado, por el que se le mostraba, dice un año de validez”. Olvidando que ante un error material, prima la realidad antes que un error de impresión o error numérico; el 2011 estaba vigente el DS 066, el mismo que ordenaba una vigencia de dos años y no uno. Más eso le llegó altamente a la susodicha, que rauda y presurosa multó y clausuró, nada menos. Barbaridades como estas fueron pan de cada día, y lo seguirán siendo, porque esta gente, novatos, jamás fue preparada para el cargo. Similar situación se presenta con el resto de personas, ya que la gran mayoría de gente que ingresa a “trabajar” en los municipios lo hacen por “favores políticos”, amiguismo y/o por otras razones del Orinoco.
En las próximas horas nos vamos a pronunciar sobre dos temas importantísimos en la vida de muchos comeños y no comeños. Se trata de las prescripciones tributarias, aun con valores emitidos. Todas estas normas tienen un plazo de prescripción. Plazo que el Gerente de Rentas se niega a acatar. Así de sencillo: No le da la gana de “acatar la ley” al señor Orbezo.
El otro tema es la disposición del alcalde comeño de exigir el pago de tributos e impuestos a como dé lugar, incluso si esto conlleva embargos coactivos y posterior remate de los bienes embargados, recaudar, recaudar. “Quiero que me odien, que me insulten en las calles, no me importa, al fin de año quiero rematar algunos enseres y por qué no, algunas casas”. Preocupante, por decir lo menos. Está bien que se quiera recaudar, si hablamos de invertir los pagos en el desarrollo de Comas. Lo malo es querer invertir en obras sobrevaloradas, para chapar la suya.
La del cierre, ¿Qué michi hacían en las inmediaciones del Sheraton (hace pocos días) el exalcalde yakuza, con un exsolidario y su bufón…? Nos cuentan, que habrían conversado sobre el terreno concesionado por treinta años a una empresa cascarón para construir el Hospital Municipal.
Recuerden que no hay reelección: “Como esta no hay otra”, al menos no, hasta el 2022. Con esa herencia... Ulises JAMÁS PODRÁ SER ALCALDE.
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